En 2019, tuve que dejar de escuchar música porque me afectaba emocionalmente. Resulta que mi sistema emocional había estado altamente estimulado y llegó a su límite. Así que pasé dos años practicando la meditación con un previo de Kirtan (canto con mantra) y otros 2 años sin escuchar música apenas.
Cuando mi sistema emocional se estabilizó, comencé a escuchar música pop. esto fue un gran logro para mí, porque durante gran parte de mi vida había escuchado exclusivamente música punk rock y algo de rock.
de repente, en el momento en que entré en un estado de aceptación y de hermanamiento con la vida, sentí la necesidad de escuchar música pop. COMO terapia, comencé a cantar canciones que antes me CAUSABAN daño emocionalmente, LO QUE FAVORECIÓ mi sentimiento de empoderamiento, al SUOERAR mis emociones LIMITANTES. Y es que en palabras del músico y psicólogo Dr. Stefan Kolsch (citado por Jauset Berrocal, 2008), “El ser humano necesita la música, es musical. Así como el hombre puede amar y su cerebro está equipado para el lenguaje, lo mismo sucede con la música. Al igual que con el lenguaje, no solo los lingüistas tienen talento para el lenguaje, sino que este don está en el cerebro humano. La música es una necesidad humana.”
Desde que el hombre existe ha habido música. Pero también los animales, los átomos y las estrellas hacen música… (Karlheinz Stockhausen)
Gracias a mi trabajo con adolescentes y jóvenes, conecté musicalmente con Sebastián Yatra, del que descubrí que expresa sus sentimientos y emociones en el amor y desamor de una forma muy similar a como yo las hABÍA vivido. Sentí la gran energía de amor que transmite este artista, QUE en reiteradas ocasiones habla de amor universal y eterno. Así que, durante unos meses, cantar sus canciones, tras haber equilibrado mis emociones, me sirvió de ejercicio de superación y empoderamiento en mi dimensión emocional.
Y es que cantar, es un gran ejercicio de atención plena, cuando se mantienen las emociones en equilibrio. El pensamiento se convierte en uno, el observador toma distancia de las emociones, y fluyen la expresión y la creatividad. Por algo la Musicoterapia se aplica con personas con depresión, con autismo, con problemas de salud mental…
En este sentid expuso: “La música no se practica con miras a un único tipo de beneficio que de ella puede resultar, sino para múltiples usos, porque puede servir para la educación, para procurarse la catarsis y para el reposo, alivio del alma y suspensión de fatigas.” Por su parte, Platón afirmó que “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”.
Cuando comprendí que escuchar la música con mis 5 sentidos y practicar el canto, producían en mi un efecto sanador, los incluí en mi vida diaria como una práctica más de Mindfulness. Una práctica de atención plena, donde las emociones se equilibran, me convierto en observadora a la par que el ritmo musical adecuado exterior colabora con la armonía del ritmo interior propio.
De igual manera, Moret-Puig, Gustems y Calderón (2016), afirman que el Mindfulness aplicado a la música favorece a la concentración y a la toma de consciencia corporal. Es un proceso de autorregulación emocional, que cuando las composiciones seleccionadas son las adecuadas para el momento emocional de la persona que lo practica, puede ser beneficioso en las dimensiones fisiológicas, psíquicas y emocionales del ser humano.
Aunque no hace falta cantar bien para cantar, Chun Tao Cheng (1993), señala “Cuando cante bien, especialmente con una voz apropiada y expresiva, creará una poderosa vibración sonora y emocional que le puede conmover, elevar el espíritu, ampliar su mente, y a veces inesperadamente se sentirá muy ligero, volando, y extendiéndose más allá de usted mismo. Estas vibraciones, al liberar la tensión nerviosa, producen energía calmando su mente y brindándole paz.”
Por su parte, Christine Stevens (2013), en su libro La música como medicina, afirma que “no se trata sólo de lo que obtenemos con la música, sino de que ésta es curativa porque nos permite liberarnos de cosas”.
Pero ojo con la música que seleccionas según tu estado emocional, porque si no seleccionas la adecuada podrías aumentar una emoción obstaculizadora. Imagina que tienes depresión tras una ruptura sentimental y te pones a escuchar canciones de desamor. Tus emociones de tristeza y culpa podrían coger más fuerza y el efecto sería perjudicial para ti.
En este sentido, la práctica de meditación, enfocada en la atención del lóbulo frontal y el corazón, que favorece la claridad y la intuición, te ayudará a seleccionar el camino más adecuado para que des la mejor versión de ti. Además, te permitirá seleccionar la música más idónea para el momento que estés viviendo y situarte por encima de las emociones limitantes. Para llegar a estos estados de superación emocional con la práctica de meditación, tan solo se requieren actitud, una buena técnica y practicar todos los días.
Siguiendo con el canto, en la obra originaria de la India, los Upanisad (fechada entre los 800 y 400 ac), se afirma que “Quien conoce lo íntimo del canto vive en comunión con el resto de los seres. Pues el Aliento vital es Canto alto. Alto porque sostiene al mundo en alto. Y Canto porque mantiene el ritmo vital.” Y es que en las culturas antiguas el canto y la música eran esenciales.
Para finalizar, quiero resaltar la importancia para la propia autorrealización de no ser únicamente consumidores pasivos del arte musical. Escribe, canta, participa, saca lo mejor de ti a través de la música, deja de preocuparte por todo, pero no te olvides de realizar tu práctica de meditación diaria, donde conectarás con tu maestro interior que te guiará por el mejor de tus caminos.
Referencias bibliográficas
Arnau, J. (2021). Upanisad. Alianza Editorial.
Berrocal, J. J. (2008). Música y neurociencia: musicoterapia.
Chun-Tao C. (1993). El tao de la voz. Editorial Kaleidoscopio.
Moret-Puig, S., Gustems, J. y Calderón, C. (2016). Música y mindfulness: una mirada interdisciplinar. http://hdl.handle.net/2445/150757
